Este artículo forma parte del trabajo que viene realizando el autor para confeccionar un Diccionario del genocidio rondeño (1931-1950). En el mismo se habla de un maestro, Fernando Franco, que fue mandado asesinar por Varela tras la toma de Ronda por ser masón, militante de Izquierda Repúblicana y mestro de escuela por oposición. La información procede del Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares.

Texto
Laureano Rodríguez Liáñez
Profesor de Paleografía y Diplomática (jubilado)
Universidad de Sevilla

Fernando Franco Guerrero. Maestro de Ronda. En la ronda de informes que siguen a la apertura del expediente depurador, el alcalde de Ronda, que generalmente encabeza la serie, despacha el suyo el 3 de noviembre del 36 con un lacónico aunque expresivo “Fallecido”. Posteriormente a esta fecha, concretamente el 10 de julio del 37, el alcalde Buendía informa que según los datos facilitados por la Jefatura de Investigación y Vigilancia de Ronda, el Sr. Franco fue fusilado por las Tropas Nacionales a los días de entrar en esta ciudad; era de ideas izquierdistas y fue uno de los dirigentes principales del periodo rojo en esta ciudad.
Antonio Medina Cordero, brigada-comandante del puesto de la Guardia Civil rondeña, en su informe de 12 de julio del 37 afirma que el maestro encausado, según los informes adquiridos, era masón, y se le aplicó el Bando de Guerra a la entrada de las fuerzas nacionales en esta ciudad de Ronda. El padre de familia Francisco Martos Crooke en su informe de 31 de julio del 37 dice de Fernando Franco que por sus actuaciones en este pueblo fue detenido y juzgado por la autoridad militar, condenaronlo y le fue aplicada la última pena1. El arcipreste y párroco del Socorro, Isidoro Carrasco, dice del difunto en su informe de 30 de mayo del 38 que había sido afiliado de Izquierda Republicana, de cuyo partido era elemento destacado, acusándosele de haber intervenido en confiscaciones de bibliotecas de personas de derechas y de los enseres del Colegio Salesiano, encontrándose en Ronda a la entrada del Ejército, figurando como “desaparecido” tras dicha entrada.
La nota de humor negro la pone el jefe de los servicios de Justicia de la Auditoría de Guerra del Ejercito del Sur con sede en Sevilla, Francisco Bohórquez Vecina2 , que al recibir oficio del presidente de la Comisión Depuradora de Málaga interesando informe sobre la “sentencia recaída” contra el que fuera maestro de Ronda Fernando Franco Guerrero, contesta el 12 de julio del 39 diciéndole que debe enviar previamente a la Auditoría la fecha de la celebración del consejo contra el prenombrado, toda vez que sin dicho antecedente “por ahora no es fácil cumplimentar su oficio”3.
Devuelto el expediente por la Comisión Dictaminadora el 26 de abril señalando que pese a haber fallecido el señor Franco Guerrero se le debe formular al interesado la correspondiente propuesta, la Comisión Provincial de Málaga en sesión celebrada el 16 de mayo acordó por unanimidad que teniendo en cuenta la gravedad de los informes que aparecen en el expediente, en los que se hace constar la “mala conducta” en todos los órdenes observada por este maestro, por cuya conducta mereció que los Tribunales Militares lo condenasen a la última pena4, propone la separación definitiva del servicio para dicho docente con arreglo a lo preceptuado en el apartado C) del artículo 5º de la Orden de 10 de noviembre del 36 (B.O., nº 27) reguladora de este procedimiento, siendo efectiva la misma el 12 de septiembre, aunque la ratificación por la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración que pone fin al procedimiento sancionador lleve la fecha del 22 de noviembre.

Notas
1.- Rotunda falsedad la de Martos Crooke para tapar que el maestro Fernando Franco fue ejecutado en aplicación del Bando de Guerra por orden de Varela tras entrar en Ronda el 16 de septiembre del 36.
2.- Un retrato suyo, vestido de militar y con un enorme parecido al anterior rey de Marruecos, Hassan II, preside la sala de investigación del Archivo del Tribunal Militar nº 2 con sede en Sevilla, tal vez para recordar a los investigadores que lo frecuentan como fue mi caso, al autor material e inspirador del horror que supuso el entramado jurídico creado por Bohórquez a las órdenes de Queipo de Llano para perseguir y eliminar manu militari a todos los republicanos, despectiva y estigmativamente llamados “rojos”, tal como ya lo había puesto por escrito en su plan de exterminio el ideólogo y estratega del golpe del 18 julio, Emilio Mola Vidal, “el hombre de la Leika”.
3.- La contumacia del presidente de la Comisión malagueña, Antonio Rodríguez Garrido, en su intento de conocer la sentencia condenatoria del maestro Franco Guerrero, le lleva el 15 de julio del 39 a dirigirse a los Servicios de Justicia de Málaga solicitando testimonio de la misma. La respuesta de dicho servicio, firmada también por el auditor Bohórquez, dice al citado presidente que “en los Servicios de Justicia de Málaga no hay antecedentes relativos a la sentencia que recayera en el Consejo de Guerra celebrado en Ronda contra el maestro antedicho, toda vez que por aquella fecha no se había liberado dicha plaza por el Glorioso Ejército y todas las sumarias que se hubieran instruido en dicho pueblo debían estar en la Auditoría de Guerra de Guerra del Ejército del Sur con sede en Sevilla”.
4.- Miente la Comisión malagueña en esta apreciación por cuanto la ejecución de una persona por aplicación del Bando de Guerra nunca es decisión de un Tribunal por sumarísimo que sea el procedimiento sino que es responsabilidad exclusiva del mando militar ejecutivo que ocupa cualquier población. En este caso la responsabilidad exclusiva de la muerte del maestro Fernando Franco Guerrero fue del General Varela, que con su harka de moros ocupó “manu militari” la plaza de Ronda el 16 de septiembre del 36 ordenando la ejecución inmediata de medio centenar de prisioneros, entre los que estuvo dicho maestro.

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