En esta ocasión nos ha parecido relevante hacer hincapié en una faceta menos desarrollada aquí, en esta selección de materiales que incluimos en la sección de documento de la semana, sobre los intereses culturales y artísticos que siempre estuvieron presentes en la vida de Jesús Ynfante. Se han localizado los cinco primeros números de la revista Garimau en los fondos del archivo de la Casa de la Memoria La Sauceda, de Jimena. Se encuentran en bastante buen estado de conservación, ya que no son excesivamente antiguos y están editados en un papel de buena calidad, una especie de cartulina. Esta revista, de efímera –del 83 al 86- pero interesante vida, fue el fruto de los desvelos de un nutrido grupo de poetas y dibujantes que se reunían en diferentes locales de la Barcelona de los primeros ochenta. En una España eufórica que se había quitado de encima el regreso a las tinieblas tras el fallido intento de golpe del 81 y que, además había culminado su puesta de largo ante la mirada internacional organizando el Mundial de Fútbol del 82, no es de extrañar que la juventud tuviera fe en el futuro y se lanzara a poner en marcha ideas y proyectos con la confianza de los creyentes y el entusiasmo de los revolucionarios.

Garimau
Ejemplares de la revista Garimau.

Galerías de arte como la Amagatotis, librerías como El Negro, Documenta o Tartessos y locales legendarios como Els Quatre Gats eran frecuentados por una generación de incipientes creadores, que coincidían con algunos más veteranos y entre todos se organizaban tertulias, charlas y encuentros que acabarían concretándose en diferentes propuestas editoriales y expositivas, significando un auténtico revulsivo, desde las mismas bases, en la vida cultural, artística e intelectual del país.
Este era el ecosistema en el que germinó la revista Garimau, con un formato rompedor, un desplegable en forma de acordeón en el que tenían cabida los textos, mayoritariamente poemas y las ilustraciones, entre las que es observable un cierto gusto por los temas míticos y mediterráneos a los que nunca fue ajeno Pablo Picasso, de quien, en numerosas ocasiones da la impresión que su universo estético y simbólico sirva como inspiración.
Bajo la coordinación editorial de José Enrique Martínez Lapuente, el grupo integrado por Mercedes Domínguez, Concha García, Marta Sanisidro, Gustavo Vega e Ignacio Viladevall formaron el consejo editorial de la nueva publicación que contaba, además, con un responsable del diseño y la maquetación en la figura de Luis Vicente Flores, tarea que, en algunos números, corrió a cargo de Albert Reig y Joan Ramón. Depositando la ejecución e impresión de la revista en las manos de Gráficas Abelló, salió a la luz en 1983.
La mayor parte de aquellos ya lejanos fundadores han proseguido con sus carreras literarias. Así, el alicantino José Enrique Martínez Lapuente compagina sus artículos de opinión y crítica literaria y de artes plásticas con su labor editorial como corrector, traductor y redactor. De su faceta creativa tenemos obras de poesía como El cuaderno de Vigo y Perpetuo presente y ensayos como Deseo y palabra poética.

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Garimau, revista de creación literaria, arte y pensamiento.

Concha García, la poeta nacida en La Rambla (Córdoba), logró el premio Jaime Gil de Biedma por su obra Ayer y calles, el Premio de Poesía Barcarola por Ya nada es rito, logrando también el Premio Internacional de Poesía Dama de Baza (Granada) en 2019, conformando una sólida carrera como poeta.
Gustavo Vega Mansilla se ha especializado en la poesía visual, tema sobre el que versó su tesis, con la que fue premio extraordinario de la Universidad de Barcelona. Junto a su trabajo como profesor, sigue con su tarea productiva.
No obstante los pocos años en los que estuvo en vigor, la revista, además del grupo promotor, contó con numerosas colaboraciones en cada número. Figuras consagradas, como Fernando Pessoa, de quien se incluyó una fábula en su portugués original: A rosa de seda; Carlos Barral, poeta, editor y político de la Generación de los 50. Grupo al que también perteneció Miguel Labordeta, poeta, igualmente, de la hornada de la posguerra en el que también se incluye otro colaborador de Garimau, Antonio Rabinad, quizá más conocido por sus vívidos guiones para cine, como el que Vicente Aranda llevó a la pantalla bajo el título de Libertarias. El canario José Carlos Cataño, autor de una novela que incluye la jaquetía, la lengua de los judíos de origen español del norte de Marruecos, De tu boca a los cielos. Igualmente, Antonio Beneyto, escritor, pintor y escultor adscrito al surrealismo, que dirigió la publicación La Esquina y la revista Barcarola.
Junto a ellos, ya curtidos en la producción literaria, serias promesas de la lírica en catalán y español como Tònia Passola, licenciada en historia del arte y profesora de lengua y literatura catalana, autora de poemarios en los que la vida cotidiana es la protagonista; o Jordi Virallonga Eguren, que preside el aula de Poesía de Barcelona desde su fundación, en 1989 y desarrolla una importante labor como profesor y traductor de francés, italiano, portugués y catalán.
También el hispanoargentino Horacio Vázquez Rial, periodista, editor y profesor de escritura creativa y que fue finalista del Premio Nadal en 1986, con la novela Historia del Triste, finalista del Plaza & Janés en 1989 con La reina de oros y ganador del premio Fernando Quiñones en 2003 con La capital del olvido.
El elenco de artistas que se asomaron a las páginas de Garimau es muy extenso y en él se incluyen otros creadores como J. Vidala, Luisa Brito, Samuel Cortés, Emma de Diego, Mariano J. Fortuny, Cristina Siscar, José Virallonga, Fernando del Castillo, José Ángel Cilleruelo, Silvia Estruch, Joan Salinas-Rosé, Héctor Vihé, etcétera.

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A su vez, un buen número de artistas plásticos, como el mexicano Roberto Parodi Silva, Francis Vicenç, J. M. Retortillo, Magalí o Francesc Calvet, pintor y a la par poeta.
En aquella Barcelona trepidante de los años ochenta se produjo la extraordinaria coincidencia de un selecto número de personas que sentían la necesidad de expresarse y que fueron capaces de poner en marcha una empresa creativa que diera oportunidades para dar a conocer a un buen número de poetas y creadores, sus obras y sus inquietudes artísticas. Uno de los ejemplos de aquellas producciones es la revista Garimau que Jesús Ynfante, siempre atento a las novedades culturales, artísticas y literarias, atesoró y dejó entre sus papeles para que hoy nosotros podamos congraciarnos con un tiempo y una obra, con una colectividad que nos devuelve a aquella feliz década en la que los jóvenes se atrevieron a tomar las riendas de la cultura.
Y nada mejor que concluir esta nota con uno de los poemas que, a nuestro entender, en cierta manera resume el espíritu que debió guiar al colectivo que puso en marcha la revista:

Henos aquí,
herederos de dioses sucumbidos
entre la lujuria del poder,
manos marcadas,
frente erguida,
esperando a caminar sobre el vacío…,
lenta caída en el vaivén del tiempo,
felino tiempo.
Herederos del pasado y el futuro,
amos del Presente…
Cántico áureo que presagia
el sinfín de cólera de Pandora,
por haber apostado al máximo:
A SER NOSOTROS…
Pandora no perdona.

 

Mercedes Domínguez

BIBLIOGRAFÍA
Martínez Lapuente, José Enrique (2019): La morada interior. Obra y destino en la palabra de Concha García.
Martínez Lapuente, José Enrique (2019): Una casa sin fronteras. Crónica breve de una ilusión necesaria.

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