Prisioneros en los batallones disciplinarios de la posguerra
Rafael Baena Facio, herrero forjador y afiliado a la UGT, nació en Cádiz el 1 de mayo de 1918.
Como en la mayoría de casos, para conocer datos anteriores a la entrada de los prisioneros en el sistema concentracionario franquista no nos queda otro remedio que acudir a los informes que emitían sobre éstos los ayuntamientos, las secretarías locales de Falange y las comandancias de la Guardia Civil, de los que se servían los campos de concentración y las cajas de reclutamiento para clasificarlos según su supuesta actuación antes y después del golpe de Estado.
Según el informe de la Guardia Civil, fechado en mayo de 1944, Rafael Baena Facio “…fue detenido el 3 de octubre de 1936, por fuerza de este puesto, por tomar parte activa en levantar barricadas en el barrio de Santa María de esta capital…”, por lo que fue condenado a la pena de 30 años de prisión y puesto en libertad condicional el día 1 de mayo de 1940. El informe de la Falange local aclara que la detención se debió a una denuncia pública contra él y llega hasta el extremo de calificar su conducta moral como de “deficiente”. El informe de alcaldía, por último, notifica que estuvo preso en la Colonia Penitenciaria del Dueso (Santoña, Cantabria), que luchó en las barricadas por el Frente Popular y que es “revolucionario”.
Con la puesta en libertad condicional en mayo de 1940 no finalizaron las medidas represivas contra Rafael. Al pertenecer al reemplazo de 1939 y no haber realizado el servicio militar con el ejército sublevado fue llamado a filas por la caja de reclutas n º 18 de Cádiz, clasificado como desafecto, y condenado por tanto a trabajos forzados en los batallones de prisioneros, en concreto al Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores n.º 92, donde ingresó en mayo de 1944.
A las penurias propias que conllevaban los trabajos forzados se sumó la enfermedad grave de la madre en septiembre de ese mismo año. Le concedieron 10 días de permiso por este motivo pero acabó incorporándose 13 días más tarde de la fecha fijada, ya que la enfermedad persistía. Rafael solicitó una ampliación de dicho permiso por conducto a la Guardia Civil, pero la denegación de ésta vino cuando ya se habían cumplido los plazos. Su madre falleció al final en octubre, mientras Rafael se encontraba arrestado por el incidente anterior.
Muestra de la movilidad que caracterizaban a las compañías de los batallones, y del uso indiscriminado que se hacía del trabajo de los prisioneros, la podemos observar en el caso de Rafael, ya que además del emplazamiento habitual del BDSTP n.º 92 en Punta Paloma (Tarifa), estuvo también destinado en Conil de la Frontera y en el Cortijo Los Palos, en la barriada algecireña de Pelayo.
Rafael Baena Facio se licenció en noviembre de 1945 tras cerca de 6 años de cautiverio en prisiones y en trabajos forzados por el hecho de, tal como indica el informe del ayuntamiento gaditano, defender en las barricadas al Frente Popular.