Prisioneros en los batallones disciplinarios de la posguerra

Antonio Mota Gutiérrez, natural de Jimena de la Frontera, soltero y cocinero de profesión, nació el 11 de agosto de 1919.

El 15 de agosto de 1937 fue condenado a 30 años de reclusión perpetua por la causa 36/137, y estuvo recluido en la Prisión Provincial de Málaga. La condena original fue finalmente conmutada por la de seis años, y en julio de 1940 quedó en libertad atenuada.

Como la inmensa mayoría de excarcelados comprendidos entre las quintas de 1936 y 1941 fue obligado a realizar el servicio militar con el régimen franquista, lo hubieran hecho o no con el gobierno republicano. De este modo, en diciembre de 1941 ingresó en el campo de concentración Miguel de Unamuno (Madrid), de donde fue trasladado a realizar trabajos forzados al Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados nº 93, y más tarde, en mayo de 1942, al Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores  Penados nº 96, emplazado en el paraje de Alto Aragonés, próximo a Tarifa.

En junio de 1943, por mediación familiar, se solicitó a las autoridades militares pertinentes el pase desde el batallón a un cuerpo de ejército ordinario, en concreto a un regimiento de la Línea, por entender que se había cumplido el tiempo fijado en dicho batallón de prisioneros. Petición que fue denegada alegando que aún no se había comunicado a la Comisión Central de de Examen de Penas el fallo final de libertad definitiva. La misma situación se repitió cuando el mismo Antonio solicitó en enero de 1945 un certificado de situación penal, pues otros compañeros que habían cumplido el mismo tiempo de condena en el batallón, ya estaban disfrutando de libertad definitiva.

Esta le fue finalmente concedida en octubre de 1945, fijando su residencia en Jimena de la Frontera.

Fuente: Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados. 2ª Agrupación. Caja 301794, expediente 6103.
Media filiación de Antonio Mota Gutiérrez
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