Prisioneros en los batallones disciplinarios de la posguerra

Antonio Monroy Rubio, de oficio jornalero, natural de Alcalá de los Gazules y vecino de Algeciras, nació el 15 de enero de 1920.

Por los informes del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules y la Falange local que a mediados de 1942 remitieron al jefe del Batallón Disciplinario nº 92, emplazado por esa fecha en Getxo (Vizcaya), parece ser que Antonio Monroy huyó de su pueblo junto a su padre hacia zona gubernamental tras el golpe de Estado militar. Su expediente personal no da cuenta del periplo padecido antes de ser cautivo del sistema concentracionario franquista, pero dudamos que con apenas 16 años cumplidos participara de forma activa en actividades bélicas.

Al pertenecer al reemplazo de 1941 y por tanto no haber realizado el servicio militar en el ejército sublevado, presuponemos que esta fue la causa de acabar en los batallones de trabajos forzados, pues todos los jóvenes comprendidos entre las quintas de 1936 a 1941 fueron llamados a filas hubieran hecho o no la “mili” con la República.

Así pues, Monroy Rubio ingresó en el Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados nº 92 (Getxo, Vizcaya) a principios de 1942, procedente del BDSTP nº 94, destacado en Gipuzkoa desde septiembre de 1941. El hambre, los malos tratos y el trabajo extenuante que han testimoniado muchos prisioneros llevaron a Antonio en un par de ocasiones a los calabozos acusado de vender mantas y otros objetos mientras duró su confinamiento en el País Vasco.

Un año después, en abril de 1943, fue trasladado al BDSTP nº 95, ubicado en la estación de Gaucín (Málaga). Las durísimas condiciones no desaparecerían, puesto que el 5 de enero de 1944 se evadió en la estación de Bobadilla mientras su destacamento regresaba de una comisión de servicios en Algeciras. Intentó llegar a su pueblo natal, Alcalá de los Gazules, pero fue capturado tres días más tarde en el lugar conocido como “Ribera de Patrite” por los servicios de persecución de huidos de la Guardia Civil. Lo encerraron en el depósito municipal y en otras dependencias, de las que no salió hasta diciembre de 1944 y haber sido condenado a un año de recargo en el servicio.

En julio de 1945 fue propuesto para que le fuera concedido el permiso ilimitado. Un mes después causaría baja tras haber pasado más de 3 años en estas unidades disciplinarias.

Fuente: Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados. 2ª Agrupación. Caja 301784, expediente 5883.
Media filiación de Antonio Monroy Rubio
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