Crónica de Nieves García Benito, presidenta de la Asociación Casa de la Memoria, sobre la inauguración de los Patios de la Memoria. Se acompaña de fotografías y de videos del recital poético de Paco Doblas y de la actuación musical del dúo Jarabe de Arte.
Un 31 de mayo de hace mucho tiempo lloraba Sevilla, no toda, porque llovía a mares y la coronación al aire y al sol de la Macarena no pudo ser, y…
después de tantos años los días se repiten, aunque las crónicas se diferencian en el fondo y en la forma… en el lugar y en las gentes…
La Casa de la Memoria La Sauceda (Jimena de la Frontera) estuvo llena este otro 31 de mayo hasta completar aforo, de personas alegres al sol y al aire, para dar la bienvenida, abrir la puerta de los patios a nuestra gente, a las mujeres y hombres olvidados, que no quiere decir que no recordemos sus nombres, sus rostros, sus quehaceres… quiere decir que se programó, se planificó, se ordenó, se chantajeó hasta que quedaran en una esquina de la tapadera del cubo de la basura de la historia… ¡Y hay que tener ganas para que entren a tu patio los que vienen en la tapadera, con la basura!
Y así fue… ¡Se abrió la puerta al cubo de la Cultura -con mayúscula- a la sensatez, la denuncia y la supervivencia! Eran las 12 horas y 15 minutos cuando Andrés Rebolledo, coordinador del proyecto, comienza la inauguración del espacio de los patios… a abrir las puertas de La Casa.
Andrés explica la emoción del momento y va desgranando cómo se ha ido gestando la apertura de los patios hasta llegar al día 31 de mayo. Da comienzo por el Patio de la Memoria Poética en la II República y cómo Andrés Vázquez de Sola en el 75 aniversario de la proclamación de la República, quiso no olvidar, contar, dibujar, dedicar y ceder un espacio apasionante a las mujeres y a los hombres que el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 intentó degradar y perder para siempre con el fusilamiento, el asesinato, la cárcel y el exilio. Así, tal cual… pero parece que algo les falló porque 94 años después, esta buena gente se instala y se viene a La Casa de la Memoria, porque Andrés Vázquez de Sola nos la deja llena de vida, en imágenes intactas y con su ardiente mirada.
Andrés Rebolledo va relatando el trabajo de construcción y reconstrucción para abrir las puertas: el encuentro con Montse González, de Rota, que busca, dos generaciones después, una explicación, un acto de perdón para el padre de su madre porque con 17 años marcha hacia unos derroteros afines a la Falange, es posible que sin entender muy bien la trascendencia de decisiones casi adolescentes que irían a tener unas consecuencias de muerte y limpieza que durarían hasta 1962, porque recordamos a Julián Grimau, en este país de vergüenza, muchos asesinos y pocos arrepentidos. Por eso, Montse escarba y quiere un símbolo de un abuelo arrepentido, buscando un abrazo autentico con los sucesores del fusilado, del represaliado, del exiliado y lo encuentra en La Casa de la Memoria; lo declara a quienes estábamos en el Salón Andrés Vázquez de Sola, y está protegida por las mujeres rapadas y humilladas del 39, por las niñas y niños hijos de republicanos subiendo a los barcos del exilio, por Manuel José García Caparrós asesinado en la manifestación por la autonomía andaluza el 4 de diciembre de 1977. Y el abrazo entre la nieta del joven de Falange y el nieto del fusilado es un conjuro contra el mal, que va a quedar para siempre impregnando el oxígeno de este espacio, como sellando una paz.

Continúa el presentador desgranando el encuentro con José M. Fernández, hombre tranquilo y generoso, el diseñador gráfico que ha trazado el proyecto y los catálogos de los patios. Y continúa relatando todos los problemas técnicos de la trastienda para la construcción de una creación de este calibre: selección de autoras y autores; explicación de sus obras; elección, redacción y corrección de los textos; material de los paneles; medidas de los paneles y los patios; maquetación… y un largo etcétera… desde la colaboración del escritor y poeta Juan José Téllez y el equipo de trabajo de La Casa de la Memoria, del Comité Científico y del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, hasta el trabajo de investigación, selección, corrección, aportación y debate que ha reconstruido y elaborado Juan Manuel Pizarro, bibliotecario y documentalista de la Casa.
A continuación, Andrés Rebolledo presenta el Patio de las Matuteras y Recoveras, para contar cómo ha fluido la investigación de la búsqueda de documentación: fotografías personales y familiares de las mujeres matuteras; imágenes de los lugares y territorios del monte; mapas de las rutas hasta Gibraltar ida y vuelta; imágenes de la guardia civil y la represión (aquí destacamos el panel: El contrabando y la guerrilla antifranquista, con las imágenes de varios guerrilleros en su juventud y aún con esperanza). La emoción impregna la sala porque ahí están hijos, hijas, nietas y nietos de mujeres matuteras. Andrés hace hincapié en este extraordinario e insólito homenaje a estas mujeres olvidadas y como dice la preciosa introducción del catálogo de la exposición con un eslogan de mujer: Somos porque ellas fueron. Toma la palabra Ana Mora, nieta de Gertrudis Carrasco Ortiz, La Manticha. Ana con una voz clara, contundente y emocionada hace una apología de estas mujeres que se jugaban la vida fuera de la cárcel, para y por sacar adelante a las niñas y niños, a las gentes de nuestros pueblos machacados por el hambre, la represión y el silencio. Y felicita a Luis Pernía de Casares, por su trabajo de investigación y dibujo en el cómic, Gertrudis la recovera, donde se enfrenta al estudio de una memoria traumática y oprimida, invisibilizada más de siete décadas de la historia de este país. En este extracto seleccionado habla Luis Pernía de cómo, “el sufrimiento, horror y pánico bloquean cualquier narración, porque, ¿cómo expresar lo inexpresable? pero es necesario y urgente recordar. Gertrudis, la recovera, intenta responder a una pregunta clave, ¿cómo integrar en el discurso colectivo a los que la memoria oficial silenció como parte de nuestra historia? intentando integrar a los vencidos, a los excluidos de la historia, en la comunidad nacional. Particularmente las mujeres. La visibilidad de las mujeres en los años que siguieron a la guerra civil es nula y la Ley de Memoria Histórica y Democrática, insuficiente para restituir la memoria de tantas heroínas anónimas que vivieron la “huía”, que sufrieron la prisión o la muerte de sus maridos y en el filo de la supervivencia no les quedó otra cosa que coger el oficio de recovera”.

A continuación, se presenta al concejal Ángel Gómez Fernández como representante del Ayuntamiento de Jimena de la Frontera, que justifica la ausencia del alcalde Francisco José Gómez Pérez. Agradece el estar ahí, y se emociona y se alegra por el convenio entre el Ayuntamiento, La Casa y el Foro, que ha hecho posible la financiación material del proyecto.
Las palabras en esta inauguración de Andrés Rebolledo crean un clima de emoción y homenaje necesario en estos tiempos tan tristes de rigidez y avance de la ultraderecha. Como diría Vázquez de Sola: “El peor virus: el fascismo letárgico que despierta”.

La siguiente persona en tomar la palabra es Nieves García Benito en representación del Equipo de la Casa de la Memoria y del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, quien centra su intervención en lo que han sido y son los patios en las familias y hogares andaluces, espacios de encuentro y de lágrimas: el mejor lugar de la casa. También en el poder de los ayuntamientos democráticos cuando actúan y reparan desde la Memoria Histórica y Democrática, porque fue en los ayuntamientos, institución básica de poder y representación del pueblo, donde se cebó la represión y el asesinato: llevándose por delante a la inmensa mayoría de cada una de las corporaciones municipales de España. Y, por último, en felicitar y acoger a todas y a todos los que han venido alegremente a instalarse en los patios, a quedarse para siempre.
A continuación, Angélica Carmenate, compañera de vida de Andrés Vázquez de Sola, habla, cuenta, revive el amor de él por la Casa y por todos los hombres y mujeres que ha conseguido renacer en sus pinturas/caricaturas, provocando la emoción, la conmoción y la memoria.

Termina Andrés Rebolledo su presentación, exponiendo la calidad, importancia y el buen hacer del diseño y la escritura de los catálogos de Los Patios de la Memoria. Y con la anécdota del descubrimiento del aceite La Recovera, de la cooperativa del Viso del Alcor.
A partir de este momento contamos con las imprescindibles actuaciones de Paco Doblas y Antonio Díaz y José Luís Morilla, del dúo Jarabe de Arte: La música y la palabra.
Paco sube la emoción a mucha altura cuando recita la elegía primera a Miguel Hernández: la cárcel. Extracto de su poema Con los ojos abiertos:
… aquella España que almacenaba muertos
vivientes en sus heladas prisiones,
aquella España de horizontes cubiertos…
La elegía segunda a Antonio Machado: El exilio. Extracto de su poema Último verso:
… La tarde que te fuiste de luces infantiles
brotó tu último verso en la soledad de Francia,
de manantial sereno de tus mundos sutiles
esos días azules y ese sol de la infancia…
La elegía tercera a Federico García Lorca: los fusilamientos. Extracto de su poema Te la tenían guardada:
…y por eso te clavaron
en un madero de balas
que en el cajón de la sangre
te las tenían guardadas…

Antonio y José Luis, ese dúo tan fuerte que entona canciones frágiles sabe decir verdades… y compone una copla a Juana la Matutera… la que viene con las piernas rotas para darnos la vida. La Casa de la Memoria, entonces, tiene nombre de mujer, de cientos de mujeres con nombres y apellidos que la hacen feminista y libre porque está abierta desde sus patios hasta la sala de los archivos, muy cerca de la bandera republicana… junto al pañuelo palestino.

Ya se fue yendo la gente a los patios, cuando Andrés Rebolledo nos va contando el origen de la cinta/cordel de los tres colores: rojo, amarillo y morado, que simbólicamente inaugura las exposiciones. Cinta donada por los sucesores del último alcalde republicano de Puente Mayorga (San Roque) que conservan de su mercería (criarse en una mercería es como una sabiduría de trastienda y botones, hilos y corchetes que son defensas, como premoniciones de vida y de futuro) y que han depositado en La Casa para que hoy cumplan su designio de porvenir como trozos de llaves que al cortarlos… Angélica Carmenate los convierte en símbolo de la Cultura (con mayúscula), Ángel Gómez Fernández en símbolo de los Ayuntamientos Democráticos y Andrés Rebolledo, en símbolo de cada una de las Asociaciones Memorialistas de España. Para romper el miedo, atravesar el umbral e instalar la verdad, la justicia y la reparación.
Al tiempo, suena una potente voz de canario entonando el Quinto Regimiento. Es el eco de Fermín Benítez León, que en su patio saluda y está abrazando a su madre Pasionaria. En esos momentos, alguien dice por ahí que acababa de atrapar una chispa de eso que llaman felicidad.




Videos de las actuaciones