La Sauceda protagonizó durante la Primera República, en 1873, y el periodo subsiguiente de dictadura de Serrano, en 1874, dos acontecimientos relacionados con dos de los procesos históricos más destacados de la época: el de las consecuencias sociales de la desamortización y el del movimiento cantonalista. Por una parte, el proceso desamortizador de los bienes comunales, acordado en 1855, impulsado por el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, había trasvasado a manos privadas las fincas rústicas que pertenecían al común de los vecinos y que aseguraban su subsistencia. La pérdida de estos bienes dejó desamparada a la masa campesina, convertida en jornalera sin acceso a la propiedad de la tierra. Gran parte de los bienes desamortizados en esta zona eran los bienes de propios de Jerez de la Frontera, que pasaron a propiedad privada. Una de esas dehesas privatizadas fue la del Marrufo, que fue adquirida por la saga de los Guerrero. Pues bien, con la intención de revertir esta situación, en el otoño de 1873, unos 700 hombres armados se reunieron en La Sauceda, con todos los ganados del término, con el objeto de asentarse en 12 dehesas del entorno que habían pertenecido a los propios de Jerez y tras la desamortización habían pasado a manos privadas. Los concentrados de La Sauceda recaudaron dinero para financiar el desplazamiento de una comisión de vecinos a Madrid, para presentar al gobierno republicano su proyecto de asentamiento, según publicó la prensa de la época(1). Los comisionados llegaron a formular su propuesta, pero esta no fue aceptada.
Por otra parte, un año después, ya durante la dictadura de Serrano, en La Sauceda había prendido el movimiento cantonalista. Recordemos que en julio de 1873 se había constituido en Cádiz el Comité de Salud Pública de la provincia, promovido por el alcalde de la capital, Fermín Salvochea, y que esta llama se extendió momentáneamente por diversos puntos del territorio gaditano. También en Málaga se declaró el cantón en aquel verano de la Primera República. El más longevo de los cantones proclamados entonces en el país fue el de Cartagena, que resistió hasta enero de 1874. La prensa de la época relata que los cantonalistas de la provincia de Cádiz se habían dirigido a La Sauceda, donde resistieron hasta el final de la primavera de 1874(2). El 3 de junio de ese año, una columna militar gubernamental salió de Medina Sidonia para sofocar esta «insurrección». Los cantonalistas que se habían refugiado en La Sauceda fueron derrotados. El ejército causó la muerte de uno de los dirigentes, hirió de gravedad a otro y capturó a un número indeterminado de «insurrectos». El capitán general de Andalucía reclamó que fueran sometidos a consejo de guerra.
Notas:
1. Sobre la propuesta de asentamiento en las dehesas del entorno por los vecinos reunidos en La Sauceda, véase El Gobierno, Madrid, 23/10/1873, págs 2-3.
2. Sobre el movimiento cantonalista en La Sauceda, La Correspondencia de España, 4/6/1874, pág 3, y El Constitucional, 9/6/1874, pág 2.