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Biblioteca para la memoria
Encuentro con bibliotecarios: la Casa de la Memoria con la responsable de la biblioteca de Koldo Mitxelena Kulturunea, en San Sebastián (I)
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Susana Araiz, responsable de la biblioteca de Koldo Mitxelena, y Fernando Sígler, de la Casa de la Memoria, durante la reunión en la institución de Donostia.
Susana Araiz, responsable de la biblioteca de Koldo Mitxelena, y Fernando Sígler, de la Casa de la Memoria, durante la reunión en la institución de Donostia.

El proyecto Una biblioteca para la memoria, que desarrolla la Casa de la Memoria La Sauceda con el patrocinio del Ministerio de Cultura, dentro del Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020, preveía la implicación de bibliotecas de otras tres comunidades autónomas. Por este motivo, representantes de la Casa de la Memoria participaron en un encuentro personal con bibliotecarios de las siguientes bibliotecas:

En estos encuentros, celebrados los días 5 y 6 de abril de 2019, se abordó, entre otros asuntos, la problemática sobre la clasificación y catalogación de los libros considerados dentro de la temática de “memoria histórica”. Las aportaciones de estos bibliotecarios y las implicaciones derivadas de sus valoraciones han servido para orientar la política de clasificación de los fondos especializados de la Biblioteca de la Casa de la Memoria. Estos encuentros con bibliotecarios se trasladan a un documental que se incorpora al canal de Youtube de la Casa de la Memoria.
Transcribimos en tercer lugar la primera parte de la intervención de la responsable de la biblioteca de Koldo Mitxelena Kulturunea, Susana Araiz Ramírez. Sobre esta institución, informa: “La Biblioteca Koldo Mitxelena es la biblioteca de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Es una biblioteca pública, con unos fondos absolutamente variados, prestables, a disposición del público. Tiene unos 387.000 volúmenes en total, de los cuales una tercera parte es fondo patrimonial. Es el fondo que se empezó ya a constituir desde los primeros tiempos de la biblioteca. En principio, la biblioteca estaba cerrada al público y era para uso exclusivo de los diputados, y de esa época son los fondos que llamamos fundacionales, el fondo Aizquíbel y el fondo Allende Salazar, muy relacionados con el enciclopedismo francés.
A partir de ahí tiene unas colecciones que han ido llegando a la biblioteca por compra o por donación, como son el fondo Urquijo, un vascófilo que recopiló todo lo que es nuestro núcleo, el corazón de la colección, un fondo sobre literatura vasca y sobre euskera, el fondo del escritor Gabriel Celaya, el del filólogo Koldo Mitxelena Elissalt, el del gastrónomo Busca Isusi y otros muchos fondos de importancia que no se encuentran en esta sala. En estos momentos estamos en el fondo de reserva, que alberga lo que es el corazón de la colección, la parte patrimonial más valiosa”.
Sobre el origen de los fondos, aclara: “La biblioteca se nutre de donaciones, de compras también. Básicamente son esas dos las fuentes de ingresos de los fondos. Básicamente, adquisición y donación”.

Con respecto al tratamiento catalográfico, Susana Araiz explica: “En cuanto al tratamiento catalográfico, al fondo de memoria histórica no se le da un tratamiento específico, pero sí tiene descriptores y materias que permiten recuperar la información. Estos descriptores básicamente son memoria colectiva, que engloba otros conceptos, como memoria nacional, memoria social, memoria popular. Utilizamos subencabezamientos de materia, por ejemplo Guerra Civil-narraciones personales, Guerra Civil-atrocidades. Utilizamos también materias como exhumación, franquismo, niños refugiados vascos, presos políticos, represión política.
En el área del Euskera utilizamos lengua vasca-aspectos políticos y lengua vasca-defensa y difusión, para todo lo que fue represalia contra la cultura vasca y el euskera”.

Edificio que alberga la biblioteca de Koldo Mitxelena, en San Sebastián.
Edificio que alberga la biblioteca de Koldo Mitxelena, en San Sebastián.
Sala del fondo de reserva de la biblioteca de Koldo Mitxelena.
Sala del fondo de reserva de la biblioteca de Koldo Mitxelena.

Concretando sobre el tratamiento catalográfico del fondo de memoria histórica, reflexiona: “Hay un tema importante respecto al tratamiento catalográfico del fondo de memoria histórica y es ¿qué consideramos memoria histórica?, ¿los libros de denuncia?, ¿los estudios históricos sobre todo esta área?, ¿o algo que va más allá? En mi opinión, la memoria histórica no sólo son los estudios acerca de ella sino también toda la literatura memorialística, todas las memorias, toda la literatura biográfica y también toda la ficción.
Entonces, es importante a la hora de recuperar esa colección, además de hablar de materias, como la de memoria colectiva, la de refugiaos, la de represalias políticas, guerra civil, se pueden utilizar subencabezamientos de forma como guerra civil-narraciones personales, guerra civil-poesía, guerra civil-novelas, o utilizar géneros, por ejemplo novela bélica o novela de guerra, para recuperar esa información. Desde luego, de cara a la transmisión de los hechos, a la transmisión de la historia, a mí me parece que la ficción y la literatura biográfica son fundamentales, porque transmiten con emoción, con pasión, las vivencias, comunican las vivencias de cualquier ideología, de cualquier suceso, de manera mucho más expresiva que el puro estudio histórico objetivo y racional”.

Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.
Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.
Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.
Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.
Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.
Una de las publicaciones del fondo hemerográfico.

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