La Casa de la Memoria recibió el sábado 21 de abril la visita, no por inesperada menos emotiva y fructífera, de un grupo de senderistas pertenecientes a la Asociación Amigos de las Rutitas, de Málaga, que luego viajaron al poblado de La Sauceda. Uno de sus integrantes, Nacho Gallego, envió luego algunas fotos y el texto que reproducimos a continuación. Agradecemos a esta asociación malagueña su visita y los buenos comentarios que han hecho de ella luego. Éste es el mensaje enviado:

“El fin de semana del 21 y 22 de Abril, la asociación L.R.D. Amigos de las Rutitas, hemos visitado el enclave de La Sauceda. Antes de llegar paseamos, de la mano de Senderistas del Castillo, por el maravilloso pueblo de Jimena de la Frontera. No podía faltar la visita a la Casa de la Memoria Histórica y, aunque sin apenas tiempo, nos salió a saludar Andrés Rebolledo.
Para nosotros, amantes de la Naturaleza, el entorno de La Sauceda es mágico, es de una singularidad única. Aún recuerdo la primera vez que lo visité, por el año 1988. Era curioso que en aquel momento lo único que nos contaron, del poblado, fuera la historia de un abandono por el cambio de vida de sus habitantes. Fue años, muchos años, cuando descubrí el horror que encerraba aquellos restos. Pasean por los quejigos y los alcornoques, que en muchos casos han arraigado dentro de los muros de lo que sería una casa. Ver esas piedras, antes paredes y ahora invadidas por el musgo. Imaginar la vida que llevarían en aquella aldea, por toda la extensión de la ladera. Tenía que ser idílico, aunque incomodo, vivir allí”.

Visita de los senderistas de Málaga.
Visita de los senderistas de Málaga.

El mensaje añade: “Claro que también te salta la imagen del horror. De ese ruido de motores, de los proyectiles cayendo sobre las piedras de tu casa, de tu horno, de tu ermita. Ahora estamos acostumbrados, desgraciadamente, a saber lo que es un bombardeo aéreo. Lo vemos en la tele, con todo lujo de detalles. Imaginarse esos moradores, esos refugiados que llegaban, lo que tuvieron que sentir cuando escucharon el ruido de un cuatrimotor y los silbidos de los proyectiles al caer. La Sauceda tiene magia, pero su historia es triste.
Me comentaba un compañero que no se puede vivir sin haber conocido esta maravilla de la Naturaleza. Está claro que merece la pena, pero aun más conocer su historia. No permitamos que caiga en el olvido, nuevamente, y que tanto sufrimiento quede oculto por el miedo.
Gracias Andrés por tu labor.
Nacho Gallego”.

Representantes de la Asociación Amigos de las Rutitas, con Andrés Rebolledo, en la Casa de la Memoria.
Representantes de la Asociación Amigos de las Rutitas, con Andrés Rebolledo, en la Casa de la Memoria.

 

Los senderistas malagueños, en el antiguo poblado de la Sauceda.
Los senderistas malagueños, en el antiguo poblado de la Sauceda.
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