Las mujeres que se vieron abocadas al matuteo y a la recova no sólo se enfrentaron a una sociedad patriarcal, machista y opresora. También fueron víctimas de una de las leyes que promulgó el franquismo para tratar de controlar la explosión del mercado negro que el mismo régimen había originado: la Ley de 30 de septiembre de 1940 de creación de la Fiscalía Superior de Tasas. Y en consecuencia, también fueron víctimas de las fuerzas del “orden” que velaron por el cumplimiento de esta ley: agentes del fisco, guardias municipales, y sobre todo, la Guardia Civil.
Cuando estas mujeres eran detenidas se les confiscaba la poca mercancía que llevaran para el sustento de sus familias y se les imponía una multa. Si no la podían pagar les embargaban los bienes, y si carecían de éstos, se las condenaba a prisión. En muchas ocasiones se vieron sometidas a malos tratos y a abusos sexuales si querían evitar la sanción, o al pago de la “propina” para hacer la vista gorda.
Triste y dramático ejemplo de la degradación y pobreza a las que estas mujeres fueron condenadas es la carta de súplica escrita por Carmen Páez Ramírez, que te invitamos a leer.
Carta de súplica de Carmen Páez Ramírez
Carmen Páez Ramírez, natural de Mollina, con domicilio en esta localidad, calle General Goded, n.º 2 a V.S. con todo respeto tiene el honor de exponer:
Que actualmente le sigue expediente por la Fiscalía de Tasas por haber vendido judías a precio superior al de tasa y por venta de carne de cerdo a precio abusivo:
Sobre las judías, he de manifestar que yo no las vendo y sí solo que de kilo y medio que tenía para mi consumo vendí un kilo en 5 pts porque aquel día no tenía nada para comer.
Sobre la carne de cerdo que me dejaron un cerdo para matarlo para mantener a mis hijos y pagarlo poco a poco, lo sacrifiqué y como me hacía falta dinero tuve que vender parte del mismo y lo vendí al precio que a mí me habían cobrado.
Por este expediente me comunican que he sido sancionada con mil pts y como yo soy viuda, con cuatro hijos, sin poseer absolutamente nada de ninguna clase de bienes, no me queda más solución que me metan en la cárcel y esto V.S. comprenderá que tengo cuatro hijos y que actualmente tengo que dedicarme a coger aceitunas en el campo para ganarme el sustento.
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